¿Cuándo está bien cambiar una página web?

Cuando se trata de saber cómo establecer la funcionalidad de una página de web, el proceso incluye mucho ensayo y error. Además, es beneficioso tener un conocimiento profundo de la psicología del cliente ideal o buyer persona.

El sitio web de un negocio en internet es el factor más importante para determinar si la empresa será rentable o no en internet, independientemente de los productos que ponga a la venta.

Existe diversas técnicas en el diseño de páginas web. Cada una de las cuales tiene un conjunto único de ventajas e inconvenientes. Sin embargo, hay algunos fundamentos que comparten todas ellas. Por ejemplo, las páginas web deben ser lo suficientemente impactante como para atraer y captar clics y, al mismo tiempo, cubrir sus gastos de funcionamiento.

Es por todo esto que si queremos que una presencia online tenga éxito, el sitio web asociado debe ser definitivamente competitivo. Para nosotros, se puede cambiar una página web cuando aparece una o más de las siguientes razones:

• Mejorar la experiencia del usuario (UX)
• Actualizar el diseño para seguir las tendencias actuales
• Agregar nuevas funcionalidades
• Adaptarse a dispositivos móviles
• Mejorar el rendimiento del sitio web
• Actualizar el contenido o la información
• Mejorar el posicionamiento en motores de búsqueda (SEO)

En general, lo recomendable es cambiar una página web con regularidad para mantenerla actualizada y relevante para los visitantes, especialmente si se detectan problemas de UX o bajo rendimiento.

Sin embargo, es importante planificar y ejecutar dichos cambios de manera estratégica para minimizar el impacto negativo en el SEO y la experiencia del usuario.

Cuando abordamos el cambio de un sitio web por vez primera, su diseño actual es revisado al completo pero solo añadimos el 20% de las mejoras que consideramos van a generar un 80% de impacto en los objetivos del público objetivo, y por ende, del sitio web.

Luego, vamos haciendo más cambios, pero siempre dentro de una estructura que nos asegure maximizar resultados. Para ello, utilizamos la jerarquía de actuación del sitio web, que guía eficazmente nuestros esfuerzos y focaliza nuestro proceso de toma de decisiones.

La jerarquía de actuación está compuesta por los siguientes elementos:

1. Audiencia: Buscamos estabilizar un buen nivel de tráfico web hacia el sitio.
2. Valor: Revisamos el sitio web para fortalecer el valor aportado a sus visitantes.
3. Usabilidad: Nos centramos en mejorar la experiencia de uso del sitio web.
4. Conversiones: Nos enfocamos en maximizar la tasa de conversión.
5. Enganche: Mejoramos apego de los visitantes al sitio web con su audiencia.
6. Personalizaciones: Se realizan según al comportamiento de los usuarios.
7. Activos: Creamos nuevos herramientas de marketing como: ebooks, webapp, etc.
8. Promotores: Impulsamos promotores de la marca, entre los usuarios más fieles.

Aquí también es clave hacernos la pregunta: ¿conocemos qué están haciendo los rivales de la página web? Si no es así, tenemos que abordar la cuestión de forma inmediata. Con esto en mente, analizamos periódicamente las estrategias de marketing online utilizadas por los competidores principales del sitio web y ajustamos la estrategia propia, en consecuencia.

Otro aspecto clave es tener en cuenta los costes actuales del sitio web, los objetivos de beneficio que se quieres alcanzar y en la demanda del mercado.

La estrategia de marketing online, crecimiento y mejora continua de un sitio web no es un proceso que se puede completar una vez y luego olvidarse. Si el número de visitantes y conversiones suben o bajan, implicará examinar al sitio web para repetir el éxito o corregir la falla.

Por tanto, recuerda, después de lanzar tu nueva página web, es esencial revisarla periódicamente para cambiar lo que haga falta cambiar y hacerla más competitiva.